El siguiente ensayo presenta temas relacionados acerca del sistema bancario en México a una década de la crisis, partiendo desde sus inicios hasta nuestros días, haciendo énfasis en temas relacionados con la competitividad de la banca en nuestro país. Este tema es muy interesante porque se hace un análisis de acontecimientos relativamente actuales además de ser temas que marcaron a México durante la segunda mitad de la década de los noventas.
Se tomará en cuenta el artículo de Leonardo Egidio De la Torre Cepeda “El sistema Bancario en México: A una década de la crisis” para este ensayo.
En México el sistema bancario está a cargo de la administración del sistema de pagos, la intermediación entre ahorradores y demandantes de crédito, que esto es indispensable para la canalización de recursos hacia proyectos de inversión.
Vayamos un poco más atrás de la crisis de 1994, la historia del sistema bancario mexicano dista de ser una historia estable pasando del total control por parte del Estado, un periodo caracterizado por la nacionalización de la banca, la reprivatización hasta la liberalización bancaria de los años del nuevo milenio.
Actualmente, la banca mexicana goza de una cierta estabilidad debida en gran parte a la severa austeridad del gobierno federal anterior, pasando por los buenos momentos de la banca mundial en la segunda parte de los noventas, y, hay que mencionarlo, de un tratamiento especial a la política monetaria mexicana en manos de Banxico.
El autor se hace una serie preguntas acerca de la banca mexicana que van dirigidas hacia la capacidad de intermediación de la misma, sus potenciales en ese rubro, cómo ha podido afrontar la banca frente a la aparición y le desarrollo de otros intermediarios financieros, entre otras.
Ahora, vamos a mencionar de manera breve la historia del sistema bancario en México mencionando en primer lugar que sus inicios tienen lugar en 1925 cuando se crea el Banco de México y cuando se crearon en nuestro país los tres tipos de de intermediarios financieros que aun en nuestros días prevalecen: bancos comerciales, banca de desarrollo e instituciones financieras auxiliares. Todavía bajo ese marco legal de 1925 se vivió hasta 1970 en donde se aceptó que un banco pudiera ofrecer varios tipos de crédito naciendo así la banca múltiple.
Después de esta etapa, en respuesta a varios riesgos nacionales como internacionales con respecto a los bancos se decidió nacionalizar la banca en manos del presidente José López Portillo, haciendo que ésta se basara en créditos hacia el sector público en vez del privado.
Ya estando en la década de 1990, con la nueva ley de instituciones de crédito, la banca se volvió a privatizar, y también se aprobó la unión de varios grupos financieros en uno solo. Pero también el Tratado de Libre Comercio de América del Norte vino a darle una nueva cara al sistema de bancos de México aceptando y atrayendo capital extranjero a la banca nacional, surgiendo así sucursales de bancos internacionales conviviendo con las locales, que tiempo después se convertirían en sucursales de los extranjeros.
Aunado a toda esta serie de novedades en el sistema, en 1993 se propone por parte del ejecutivo una iniciativa para darle plena autonomía al Banco de México, para que éste estuviera por encima de toda pretensión política, además de darle ese aire de imparcialidad que se necesita en las políticas monetarias para poder llevar a cabo las acciones pertinentes.
Una serie de situaciones hicieron que se expandiera de forma especial el crédito al sector privado en el periodo 91-94, lo que daba a notar que el sistema se estaba volviendo eficiente y eficaz pero no fue así… gracias a esto se produjo una seria vulnerabilidad del sector trayendo consigo que la cartera vencida creciera de manera considerable.
Ya con todo esto en la espalda del sistema, otros factores locales como internacionales, como son el levantamiento de una guerrilla armada en Chiapas, así como la entrada en vigor del TLCAN en 1994, el asesinato de Colosio, un elevado déficit, la creciente subida de las tasas de interés internacionales hicieron que el sistema bancario emitiera una fuerte cantidad de bonos en dólares para poder elevar las reservas internacionales, pero todo fue en vano. El sistema bancario mexicano entró en crisis, el peso se devaluó en diciembre de 1994, y la inflación y las tasas de interés se dispararon a niveles verdaderamente alarmantes y esto se tradujo en una salida de capitales tal que México se quedo en la quiebra haciendo que los niveles de capitalización y de cartera vencida se elevaran todavía más agudizando la crisis en la que México estaba inmerso.
Gracias a todo esto se crearon diversas instituciones como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el Fobaproa, el IPAB, entre otras. Aunado a todas estas nuevas instituciones, se liberó la inclusión total de los mercados extranjeros en el sistema bancario, lo que provocó que Banamex fuera comprado por el citygroup, o HSBC a Bital o BBVA a Bancomer, los primeros bancos mexicanos, lo que trajo que sólo un banco fuera “casi” mexicano: Banorte, banco con el 75% mexicano.
En años posteriores, se ha hecho mucho trabajo por que el sistema bancario mexicano tenga una legislación decente, acorde a las necesidades del mexicano, que han hecho del sistema un sistema íntegro, un sistema estable, un sistema “blindado” contra crisis, en fin, un sistema bastante trabajado.
Ya habiendo leído la historia del sistema bancario mexicano lo que sigue es analizar al sistema en el periodo 97-05 en materia de indicadores de solvencia, rentabilidad y capacidad de intermediación; se escoge desde 1997 porque según los datos y los que saben de estos temas es el año en el que México empezó a salir de la crisis económica más grande de la historia.
La viabilidad financiera de un sistema conjunta aspectos de solvencia y rentabilidad, más generalmente, un sistema bancario es más solvente cuando la morosidad de sus deudores es baja, cuando las provisiones para créditos incobrables caen y cuando se tiene una capitalización alta. Asimismo, el sistema es más rentable cuando sus gastos operativos son menores, cuando sus ingresos por intereses aumentan y cuando sus utilidades se incrementan.
En el periodo en cuestión, se puede apreciar que el sistema bancario mexicano tiene rendimientos en materia de solvencia y rentabilidad son aceptables, pero ojo, sólo aceptables para el sistema, porque no llegan a los niveles óptimos para el ahorrador o el usuario, puesto que no se tiene el porcentaje de créditos al sector privado necesario para los clientes. Cabe aclarar que el sistema bancario mexicano se ha fortalecido en solvencia y rentabilidad en años recientes.
Aunado a este análisis de indicadores también se incluyen los indicadores de intermediación y riesgo, porque además de solvencia y rentabilidad se necesita desarrollar la capacidad de intermediación, para lo cual se necesita que se fortalezca la estructura interna del sistema bancario, y que se reduzca en el mismo tiempo el riesgo dentro del cual se desenvuelve el sistema bancario mexicano.
En tiempos recientes el sistema bancario se encuentra en una posición sólida frente al a función de administrador del sistema de pagos, pero por un lado se observa que una baja en el saldo de crédito de la banca comercial al sector privado no bancario, por lo que se sugiere una menor intermediación bancaria, pero por el otro lado la profundización financiera muestra una tendencia alcista.
Otro análisis que se le hace al sistema bancario mexicano es en torno a la captación bancaria y a la no bancaria, porque un sistema bancario que no pueda captar dinero de manera adecuada, simplemente no puede ser un factor importante en la economía. En el análisis se puede observar que en los últimos 10 años se ha mantenido más o menos constante la captación total de los bancos, lo que indica que no ha evolucionado como se debiera, se ha quedado estancado en este rubro, y por ende ha perdido dinamismo, y peso en la captación financiera total.
Ya para finalizar, podemos indicar que en los últimos 10 años la captación de los bancos se ha quedado estancada, asimismo el financiamiento hacia el sector privado ha disminuido de manera considerable llegando a niveles de 9% del PIB cuando se tenían niveles de casi 40% en 1994.
Aquí más que nada, se tiene que trabajar en el sistema bancario de manera completa y no en ciertas partes, porque hay que decirlo, hoy día el sistema bancario mexicano es más estable que nunca, pero no ofrece los créditos que se necesitan, ni las condiciones necesarias para poder ahorrar. Ya hay camino recorrido, pero todavía falta por hacer.
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