Revista estudiantil de la Universidad Autonóma de Aguascalientes, editada por la Brigada Jesús Silva Herzog (Sociedad de Alumnos de Economía y Mesa Local ANEE)

lunes, 13 de septiembre de 2010

DE LO HEROICO A LO RIDÍCULO NO HAY MÁS QUE UN PASO. S.B. (Luisa Carolina García 7mo. semestre Economía UJAT)

Una Democracia Revolucionaria evoca un análisis de los cimientos que podrían originar la disposición de un modelo político en una sociedad desigual que prometa intensos cambios que aluden directamente a una efectiva participación social en las decisiones del estado.

Lo anterior es lo que el presidente Venezolano considera una fase de desplegué histórico para consolidar el concepto teórico de alemán Heinz Dieterich S. que refiere la visión de Carlos Marx (lucha de clases y dinámica social) aplicada al presente siglo.

Hugo Chávez Frías es el presidente numero 52 de la República Bolivariana de Venezuela, siendo elegido presidente por primera ocasión en 1998 con un 56.20% de los sufragios absolutos; cabe mencionar que podría considerarse su triunfo una elección histórica, pues dicho porcentaje de votos solo fue superado por Jaime Lusinchin en las elecciones de 16 años atrás.

La administración de Chávez Frías ha creado programas de desarrollo social siempre bajo el perfil fuera de línea derecha, es decir, con aires puramente izquierdistas, mismos que ha dirigido al gobierno Estadounidense tachándolos de practicar una política económica imperialista y tensar de sobre manera las relaciones económicas entre ambos países.

Si lo que se quiere es hacer un análisis de lo conveniente que pueda resultar social y económicamente hablando el socialismo del siglo XXI, surge la necesidad de recurrir en automático a los indicadores socioeconómicos de Venezuela y considero pertinente mostrar datos proporcionados por la CEPAL sobre el ingreso nacional del año 1999 (año en el que Chávez recibe el mandato presidencial) y datos obtenidos con siete años de chavismo (2006).



El ingreso nacional en este lapso se incrementó en 86 533.9 dólares corrientes, que representan el 188.3%, que comparado con México que en el 99 tuvo un ingreso de 526 889.1 y para el 2006 un aumento a 949 129.9 dólares corrientes lo que corresponde a un 80% de crecimiento en el transcurro en cuestión, es notable que Venezuela tuvo que aplicar políticas económicas verdaderamente efectivas que le dieran la posibilidad de tal aumento.

Según la OIT la tasa de desempleo de Venezuela en 1999 era de 16%; a finales del 2006 la tasa había caído un 5.6%; y tocando otro índice relevante la CEPAL en el Panorama Social de América Latina del 2007, muestra que se disminuyó entre 2002 y 2007 la tasa de pobreza en un 18.3% e indigencia en 12.3%.

Aunque el aumento del ingreso nacional y la disminución de la pobreza representen a panorama simple una calificación alta al gobierno venezolano, son muchas cosas más las que determinan el desarrollo del país.

Para nuestro vecino del norte (quien no ha conseguido las ventajas que acostumbra recibir de los países dependientes, si no que todo lo contrario), Hugo Chávez es el más reciente y desgraciado dictador que lo único que está propiciando es arruinar a la población y aplastar sus libertades. Podría considerarse de manera indirecta que esta es la razón principal de los efectos negativos de la economía Venezolana.

Dato importante es la caída en los ingresos de origen petrolero de casi 40% en el 2009, hecho que derivó que los enormes saldos superavitarios acumulados previamente en la cuenta corriente de la balanza de pagos quedaron atrás. Es potencialmente menos importante la reducción que ocurre en el volumen de exportaciones petroleras y no petroleras como consecuencia de la caída en el volumen de comercio mundial y de la demanda de productos primarios. De cualquier forma, una menor demanda de productos exportables domésticos tiene un impacto negativo “directo” sobre la producción local.

Los últimos golpes que ha recibido el líder venezolano fueron direccionados a la crisis energética en 2009 y el caso de PDVAL en mayo de este año. El primero se justificó por parte interna como consecuencia de una sequía que afectó el sistema hidroeléctrico del país, efecto que se planteó contrarrestar con la creación de plantas eléctricas con mayor capacidad de generación. Sin embargo, la oposición nacional e internacional cuelgan al mandatario dicha crisis, argumentando que no invirtió el capital preciso para la regularidad de las necesidades de crecimiento eléctrico. Y en el caso más reciente, el de la empresa paraestatal Productora y Distribuidora de Alimentos (creada bajo amparo de Petróleos de Venezuela) a la que se le descubrió una grave negligencia: la importación de 25% más de la cantidad de alimentos que tenían programados distribuir, cifra que corresponde a 254,031 toneladas, de las cuales 140,000 fueron encontradas en estado de descomposición en diversos contenedores de desechos en todo el país.

No se tuvo manera de invertir ningún efecto de este último desatino y entre los dimes y diretes provocados, surge un punto más (tal vez en el que tenga más experiencia y afición Chávez) vociferar en contra de aquel (cualquiera que sea) que se atreva a juzgar su política interna (que según él y según mi propia perspectiva se encuentran influenciados por Estados Unidos), me refiero a la declaración de la enemistad Venezuela – Colombia. Dicha sublevación fue el resultado de una serie acusaciones de variadas naturalezas (entre el ex presidente colombiano Álvaro Uribe y el líder venezolano).

Ya habiendo tomado protesta como nuevo presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos restablece con Hugo Chávez las relaciones bilaterales entre los países actores pronunciándose a favor del impulso de programas conjuntos.

Convencido que las causa de las disparidades sociales y la sobre explotación de los recursos naturales son la economía de mercado y el capitalismo, pretende fervientemente ampliar y profundizar la democracia participativa, donde lo cotidiano, lo crítico y lo racional deban formar parte de un cambio social.

Citando una de las frases de Simón Bolívar – es preciso sacrificar las partes por el todo- tal vez podamos explicarnos ciertas actitudes chavistas, que bajo su profusa izquierda no ha debilitado la guardia con la gran potencia capitalista enemiga.

Si este nuevo modelo verdaderamente conviene al pueblo bolivariano, será necesaria la reelección de Hugo Chávez y una estrategia reestructurada del mismo, para considerar que no ha arado en el mar.

1 comentario:

economía persuasiva dijo...

Entonces en términos generales estás de acuerdo con la política Chavista? Aún no comprendo el título.
Requerimos en México un modelo de crecimiento endógeno? Saludos, buen apunte.