Revista estudiantil de la Universidad Autonóma de Aguascalientes, editada por la Brigada Jesús Silva Herzog (Sociedad de Alumnos de Economía y Mesa Local ANEE)

martes, 23 de septiembre de 2008

NUESTROS ONCES DE SEPTIEMBRE (Alejandro Tlacaélel Ramírez De León, 3er sem. Lic. Economía)

“Si la victoria no era fácil, difícil será consolidar nuestro triunfo y construir la nueva sociedad...”
Allende, la noche de su victoria electoral desde los balcones de la FECH.



Para los chilenos y los latinoamericanos con memoria, el 11 de septiembre es y siempre será el día que puso fin de la democracia socialista en Chile con un golpe militar perpetrado por Pinochet y asesorado por USA.

El 11 de septiembre, también es llamado Diada, por los Catalanes, en recuerdo del 11 de septiembre de 1714.

Para los mapuche (pueblo originario de Chile), el 11 de septiembre de 1541, fue cuando Michimalonco comenzó la guerra contra los opresores colonialistas que se han autonombrado "conquistadores".

Para los cubanos, el 11 de septiembre de 1980 es, en particular, el día en que Félix García Rodríguez, el representante del gobierno cubano ante Naciones Unidas fue asesinado en Nueva York por Pedro Remón, un sicario de la gusanera de Miami.

Para los norteamericanos, el "9/11" (como lo denominan ellos, "Nine/eleventh) quedará en sus retinas como el día en que cayeron las Torres gemelas llevándose consigo a miles de sus compatriotas.

Desgraciadamente éste 11 de septiembre es el que la mayoría de las personas en todo el mundo recuerda; y sin embargo ni siquiera lo comprenden. Lo que es muestra de la falta de identidad y memoria colectiva, que hoy más que nunca es necesario destruir.


Describir a Salvador Allende, lo que fue y lo que pudo haber sido es un ejercicio extremadamente difícil. Además de que no es el objetivo al escribir esto, más bien se trata de hacer una rápida revisión de los cambios económico-sociales en Chile durante el corto gobierno de Allende, durante la sangrienta dictadura de Pinochet y del Chile de hoy en día.

A 35 años de su cobarde asesinato que enfrentó valientemente, es justo no solo recordarlo sino preguntarse por la Américalatina de hoy.


Allende llegó al poder, con él las esperanzas de miles.
Tan solo unos días después de asumir la presidencia reinició relaciones diplomáticas con Cuba rompiendo sin más con la resolución de la OEA, acto que, en América Latina, solo México había realizado. Ayudó a que fuera la Chile sede de la III Conferencia de la UNCTAD, vinculó al país al movimiento de los No Alineados, estableció relaciones con Vietnam, China, Corea del Norte.

Una de las más notorias características de Allende, tanto de su persona como de su gobierno, fue la cabal compresión de los textos marxistas lo que le brindó la capacidad de conciliar tanto las diferencias étnicas como las religiosas.

Allende siempre se mostró abierto y tolerante a las religiones; desde que fue senador siguió y estudió el proceso cristiano desde el Concilio Vaticano II (1962) y la Conferencia de Medellín (1968). Así como de los conceptos teológicos como los “signos de los tiempos”, “la paz es obra de la justicia” y la “opción preferencial por los pobres”.

Como presidente de Chile, ayudó a la realización del primer Encuentro de Cristianos para el Socialismo, dirigido por el Obispo Sergio Méndez Arceo, el senador Rafael Agustín Gumucio y alrededor de 80 sacerdotes y religiosos que cumplían su Ministerio en zonas y barrios populares. Esa fue la primera ocasión en que en la praxis había un acercamiento, diálogo y trabajo conjunto entre cristianos y marxistas.

Además, brindó acceso al pueblo a la cultura, se hicieron grandes tirajes de la historia de la República, la apertura a las diferentes formas de cultura durante su mandato en el que se gestó la fusión de la música culta y la popular, que caracterizó a la nueva canción chilena. Los muralistas chilenos tales como Matta, Balmes, Nuñez y recibieron grandes apoyos.

Durante alguna presentación en la ONU, Allende decía: “Los trabajadores están desplazando a los sectores privilegiados del poder político y económico, tanto en los centros de labor, como en las comunas y en el Estado. Éste es el contenido revolucionario del proceso que está viviendo mi país, de superación del sistema capitalista y de apertura hacia el socialismo....Su tradición, su personalidad, su conciencia revolucionaria, permiten al pueblo chileno impulsar el proceso hacia el socialismo fortaleciendo las libertades cívicas, colectivas e individuales, respetando el pluralismo cultural e ideológico. El nuestro es un combate permanente por la instauración de las libertades sociales, de la democracia económica, mediante el pleno ejercicio de las libertades políticas.”

“La perspectiva que tenía ante sí mi patria,- decía en otra ocasión, en la misma ONU- como tantos otros países del Tercer Mundo, era (la permanencia) de un modelo ... que nos ha mantenido en una relación de colonización o dependencia. Que nos ha explotado en tiempos de guerra fría, pero también en tiempos de conflagración bélica....es el modelo que la clase trabajadora chilena, al imponerse como protagonista de su propio devenir, ha resuelto rechazar, buscando en cambio un desarrollo acelerado, autónomo y propio, transformando revolucionariamente las estructuras tradicionales.”

“Nuestra economía no podía tolerar por más tiempo la subordinación que implicaba tener más de 80% de sus exportaciones en manos de un reducido grupo de grandes compañías extranjeras que siempre han antepuesto sus intereses a las necesidades de los países en los cuales lucran.”

Posteriormente, que la indemnización por el valor real de las inversiones de las empresas imperialistas debía ser calculada descontando de ella las utilidades exorbitantes que obtenían producto de la sumisión del aparato estatal chileno a sus exigencias.

La ley estableció que se asumía legítima una utilidad anual de hasta 12% y los excesos debían ser descontados de la indemnización que un tribunal de rango constitucional determinara. Las dos mas grandes empresas norteamericanas habían obtenido entre 1955 y 1970 una utilidad promedio del 21,5% anual sobre su valor libro en el caso de Anaconda que en su país de origen obtenía 3,6% y la Kennecott 52,8 % anual en comparación con menos del 10% en sus otras inversiones.

En el campo realizó una gran reforma agraria que permitió organizar el trabajo de tal manera que permitiera la incorporación de los métodos modernos de producción que garantizaran la seguridad alimentaria afectada por el empleo del desabastecimiento como recurso de la desestabilización del gobierno.

Con los pueblos originarios, Allende instaló por tres meses el Ministerio de Agricultura en el centro de la Araucanía para recuperar las tierras usurpadas, reintegrando al pueblo mapuche 150 mil hectáreas de tierras cultivables.

En el período de reformismo que precedió al Gobierno Popular se produjo un modesto crecimiento de la participación de sueldos y salarios hasta llegar en su mejor momento a 41-42 % del PIB (1970). En 1972, último año normal del gobierno popular la participación de los trabajadores había subido a 54%.


Tras el cobarde asesinato de Allende también mueren las esperanzas de un mejor mundo y nace la dictadura de Pinochet, con él los Chicago Boys.
Picochet impuso un sistema neo-liberalista, dirigido por un grupo de economistas de la Universidad de Chicago (los llamados Chicago Boys), Alumnos de Milton Friedman que promovían sus ideas anti-estado y anti-trabajadores.

Las políticas de los Chicago Boys provocaron que los ingresos de los trabajadores descendieran de un 54% a 33% del PIB en 1989. Lo que significa que se trasladaron alrededor de 15 mil millones cada año, desde los salarios a las rentas del capital como lo puso en evidencia Pedro Vuskovic hace años.

Las empresas paraestatales rentables, que había sido creadas durante otros gobiernos progresistas encargadas de la generación de electricidad, el hierro, el acero, las comunicaciones, la producción de azúcar, el salitre, el transporte aéreo, entre otras, fueron vendidas casi en su totalidad al capital extranjero, a miembros de la clase alta chilena y otros protegidos de la dictadura.

Privatizaron el sistema de pensiones para convertir las aportaciones de los trabajadores, que en ese momento era el equivalente al 13 por ciento del salario percibido, en capitales al servicio de las grandes empresas y terminar pagando pensiones miserable. Éste mismo sistema de pensiones que los Chicagos Boys experimentaron en Chile lo trasladaron a casi todos los países de Américalatina, incluido México.

Crearon un sistema de salud privado para los sectores mas acomodados, y redujeron el presupuesto para la salud del 3,5% del PIB hasta un 0,6%. Los recursos a la educación pasaron del 7 al 3,5% del PIB.

“Los resultados están a la vista: La rentabilidad sobre su patrimonio que obtiene hoy la principal empresa cuprífera extranjera operando en Chile alcanzó en 2006 a un 190,03 % y en el año 2007 a 165,89%, vale decir 16 y 14 veces mas que la cifra, por demás generosa, de rentabilidad tolerable fijada por el Gobierno Popular(12%). Esto provoca que Chile este cediendo al exterior 25 mil millones de dólares anuales, mas de un 17% de su PIB por remesas al capital extranjero.” (3)


El Chile de hoy
Hoy en Chile han trascurrido ya 35 años del derrocamiento y asesinato del gobierno democráticamente elegido de Allende, 17 de la dictadura militar y 18 de la llamada “transición a la democracia” dirigida por una coalición hegemonizada por los partidos Socialista, Demócrata Cristiano y Por la Democracia.

Las condiciones de vida están muy por debajo del nivel que se tenían en la época del gobierno de Allende y hay poca tolerancia a la protesta. Impera una democracia formal que no permite el acceso de los pobres a la política y hace imposible participaciones de grupos comunistas o de otros grupos de izquierda. El sistema binominal de elecciones ha sido creado para que la derecha y la Concertación, se alternen el poder (semejante al sistema de USA, entre demócratas y republicanos).

Desde los últimos 18 años, “los sectores que producen mayores ganancias al capital local e internacional son la minería del cobre, que es 70% privada, y la industria de la celulosa que se extrae de los bosques del territorio indígena, entre muchos otros rubros.”

La constitución que rige actualmente al país, es la misma que lo rigió durante la dictadura (carta magna de 1980), que solo ha tenidos algunas reformas menores, reformas que en su mayoría han sido para favorecer capitales extranjeros, sobre todo durante el mandato de Ricardo Lagos (2000-2006).

Así mismo, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales, elaborado en 1989, que protege los derechos de esos pueblos y garantiza el respeto a su integridad, aún no ha sido ratificado.

Una parte del pueblo Chileno aún tiene memoria y está gestando una gran movilización social encabezada por los trabajadores, los estudiantes y sectores medios.

Uno de los movimientos que cuenta con el mayor número de participación social el de la defensa y recuperación de la calidad de la educación y su afirmación como un derecho que debe garantizar un sistema público.

La mayoría de los jóvenes chilenos no se inscribirse en los registros electorales, negándose así el derecho al voto. Pues los inscritos tienen la obligación de ejercer a el voto y de no hacerlo se arriesgan a grandes sanciones. Dada la gran cantidad de jóvenes que no votan el gobierno pretende legislar una inscripción automática al cumplirse la mayoría de edad de 18 años, convirtiendo el voto en obligatorio.

Michele Bachelet durante sus primeros días de gobierno realizo más de 1.500 detenciones de jóvenes estudiantes, sobre todo en el mes de julio 2008, la gran mayoría de las detenciones fueron sin cargos comprobables y con uso extremo de la fuerza pública.

En lo que respecta a los medios de comunicación dos empresarios controlan la prensa escrita del país, Agustín Edwards y Álvaro Saieh, con los periódicos El Mercurio y La Tercera. El candidato presidencial Sebastián Piñera, tiene su propio canal de televisión, otro canal pertenece al Vaticano, un tercero pertenece al multimillonario Ricardo Claro, del Opus Dei, otros dos pertenecen al magnate mexicano Ángel González y el canal del Estado es co-gobernador por los intereses comunes de un directorio acordado en cuotas.

En un inicio los gobiernos de Concertación elevaron un poco las rebajas salariales de la dictadura. Pero fue apenas en el año 2000, que la distribución del ingreso llegó al nivel que tenía durante el Gobierno Popular: un 42 %. Desde entonces, durante todo el gobierno de Ricardo Lagos la participación del trabajo disminuyó hasta caer a 37,4 el 2005, con Michel Bachelet fue del 35% en 2006. En Chile se vive unas de las peores distribuciones de ingreso a nivel mundial.

Lo que remite a las formas de sobreexplotación impulsados durante la dictadura. Tal como el subcontrato en el que se realizan fases del proceso productivo con trabajadores contratados por terceros, pagándoles salarios 50% (a veces más) inferiores a los trabajadores de planta. “En el caso de las empresas del cobre esto se tradujo en 2006 en una distribución del producto que entregó 5,4% para rentas del trabajo y 95,4% para rentas del capital” (4).


También, la vigencia de la Ley de Amnistía, establecida durante la dictadura de Pinochet, que se opone al derecho internacional y libera de responsabilidad penal a los violadores de derechos humanos. No existe voluntad del Gobierno democrático a ratificar los tratados internacionales como el Estatuto de Roma, que establece la Corte Penal Internacional, la Convención Internacional sobre la Desaparición Forzada de Personas (Naciones Unidas) y la Convención Interamericana sobre la Desaparición Forzada de Personas (OEA).

Uno de las mayores fuentes de riqueza en Chile, es la industria del cobre, que por sus ventas el Estado recibe solo el 30% (Allende nacionalizó el 100% de ese recurso). Durante lo que va del 2008 el Banco Central destinó 8 mil millones de dólares para comprar dólares, haciendo subir artificialmente el precio de la divisa extranjera en el mercado interno a fin de beneficiar a los exportadores, mismos que se quejaban, sobre todo los productores de frutas tales como las uvas, que los precios del dólar eran muy altos. Esta medida tomada por del banco central provocó una inflación que elevó el costo de la vida y de la energía.

“El ministro de Hacienda Andrés Velasco llegó a decir que las últimas cifras de aumento del desempleo son buenas porque indican que hay más gente buscando trabajo (sic).” (2)

Nuevas pruebas de la conspiración de la casa Blanca contra Allende
Hace unos días, el Archivo de Seguridad Nacional (de USA) hizo públicas transcripciones inéditas de conversaciones oficiales secretas entre Henry Kissinger, el expresidente norteamericano Richard Nixon, el exsecretario de Estado William Rogers, los Secretarios de Defensa Melvin Laird, Elliot Richardson, y James Schlesinger; el Secretario de Estado William P. Rogers; el embajador en Naciones Unidas George H.W. Bush; y el consejero de la Casa Blanca Donald Rumsfeld; además de connotados periodistas, embajadores, y líderes empresariales con estrechos lazos sobre la Casa Blanca. Las conversaciones fueron grabadas por Kissinger desde 1969, para posteriormente ser transcritas por sus secretarios; las cintas de los audios originales fueron destruidas después de ser transcritas.

Al dejar la oficina Kissinger se llevo con él más de 30,000 páginas de conversaciones diciendo que eran “documentos personales”. El Archivo de Seguridad Nacional comenzó el proceso legal en 1999, para que los documentos fueran devueltos, posteriormente a petición del Archivo William Burr, sobre la crisis de relacione exteriores desde 1970 fueron desclasificadas algunas de las siguientes conversaciones:

l. Helms/Kissinger, 12 de septiembre 1970, 12:00 a.m. Ocho días tras la elección de Salvador Allende, Kissinger le dice al director de la CIA Richard Helms que está convocando a una reunión del comité de los 40 – el comité que determina operaciones encubiertas en el exterior. “No dejaremos que Chile se vaya por el desagüe”, declara Kissinger. Helms informa de que ha enviado a un emisario de la CIA a Chile para obtener asesoría de la situación de primera mano.


2. Presidente/Kissinger, 12 de septiembre 1970, 12:32 p.m. En medio de un informe de Kissinger a Nixon sobre el estatus de una crisis terrorista de con rehenes en Amman, Jordania, le dice al presidente que “el gran problema hoy es Chile”. El ex director de la CIA y miembro de la directiva de ITT John McCone ha llamado a la prensa a actuar contra Allende; el amigo de Nixon y director de Pepsi Donald Kendall ha traído a Washington al magnate de los medios chilenos Augustine Edwards. Nixon veta la propuesta del Departamento de Estado de “ver qué podemos conseguir (con Allende)”, y ordena a Kissinger: “no dejes que lo hagan”. El presidente solicita ver todos los cables sobre Chile y tener una panorámica sobre “cuáles son las opciones”.


3. Secretario Rogers, 14 de septiembre 1970, 12:15pm (pag. 2) Después de que Nixon habla con el Secretario de Estado William Rogers sobre Chile, Kissinger habla con él el 14 de septiembre. Rogers coincide con reticencias en que la CIA debería “estimular un resultado diferente” en Chile, pero advierte que debería hacerse discretamente para que no se expusiera la intervención de Estados Unidos contra un gobierno democráticamente elegido. Kissinger le dice firmemente al Secretario Rogers que “la visión del presidente es hacer lo máximo posible para impedir que Allende asuma el poder, pero a través de fuentes chilenas y con perfil bajo”.


4) Presidente/Kissinger, 4 de julio 1973, 11:00 a.m. Durante sus vacaciones en San Clemente, Nixon llama a Kissinger y discute la deteriorada situación en Chile. Dos semanas antes, fracasó un intento de golpe contra Allende, pero Nixon y Kissinger pronostican más tormenta. “Creo que el chico de Chile puede tener algunos problemas”, afirma Nixon. “Oh, tiene problemas enormes... definitivamente está en dificultades”, responde Kissinger. Ambos comparten recuerdos de tres años antes cuando trataron encubiertamente de impedir la investidura de Allende. Nixon culpa al director de la CIA Richard Helms y al antiguo embajador estadounidense Edward Korry por el fracaso en detener a Allende; “la embarraron”, afirma. La conversación gira luego a la evaluación de Kissinger del estreno de la obra “Gigi” en Los Angeles.


5) Presidente/Kissinger, 16 de septiembre 1973, 11:50 a.m. En su primera conversación sustantiva después del golpe militar en Chile, Kissinger y Nixon discuten sobre el papel de Estados Unidos en el derrocamiento de Allende, y la reacción adversa en los medios de comunicación. Cuando Nixon pregunta si la “mano” de Estados Unidos aparecerá en el golpe, Kissinger admite que “los ayudamos” y que “(referencia borrada) creamos condiciones tan grandes como fue posible”. Los dos se lamentan sobre lo que Kissinger denomina la “gimoteante” prensa liberal. En el período de Eisenhower, afirma, “seríamos héroes”. Nixon le asegura que el pueblo apreciará lo que hicieron: “déjame decirte que no le van a comprar esta basura a los liberales esta vez”.



Más que recordar a Allende y ver la triste realidad de Chile de Américalatina, debemos seguir el ejemplo de Allende.



“Allende póstumo es, por lo menos, tan grande como Allende vivo”.
Volodia Teitelboim



FUENTES
Carmona, Ernesto. A 35 años de Salvador Allende: el lado oscuro de Chile Hoy. (1) (2)

Jaime Escobar. Salvador Allende y el Cristianismo Popular http://www.reflexionyliberacion.cl/

Patricia Rivas. Nuevas pruebas de la conspiración de la Casa Blanca contra Allende. En Yvke Mundial. http://www.radiomundial.com.ve/

Javier Carmona. 11 de septiembre chileno y el paso del tiempo. (3) (4)

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