Revista estudiantil de la Universidad Autonóma de Aguascalientes, editada por la Brigada Jesús Silva Herzog (Sociedad de Alumnos de Economía y Mesa Local ANEE)

viernes, 26 de diciembre de 2008

PENA DE MUERTE (Mateo Ortega Becerra. 3er. sem lic. economía)


Como buen mexicano, cristiano casto y no pecador, devoto de la santísima virgen maría de Guadalupe y Juan dieguito, diría que no a la pena de muerte, todo esto debido a que nuestra mentalidad esta cerrada a controversias de este tipo.


Como todo humano tal vez no somos quien para juzgar, pero debemos de poner énfasis en este tipo de dilemas, así que analizaremos este problema:


¿Quienes son los secuestradores?
Los secuestradores, los secuestradores son inadaptados sociales personas que no están dispuestas a vivir en un Estado de Derecho.


Entonces, con esta definición de secuestrador ¿se estará privando de la vida a una persona injustamente? Para esta respuesta tenemos un rotundo NO, los secuestradores son amenazas sociales, ¿Cuántas veces no se ha demostrado que los secuestradores, después de haber ingresado a un “centro de readaptación social” vuelven a incidir en el crimen?


Si bien es cierto, nuestro sistema de reclusorios y penales no es del todo eficiente, ni tampoco tenemos un sistema jurídico de primer mundo, lo único cierto es que la mentalidad del mexicano es una mentalidad cerrada, con los ojos vendados por la religión. Por favor, como podemos aceptar una pena de muerte, si aún nuestra sociedad no puede comprender el uso de los preservativos, y todo ¿Por qué?, porque nuestra sociedad no tiene un nivel de cultura elevado.


Como una anécdota mencionaré una película Mexicana que provocó controversia, acerca de un sacerdote que renunció a su castidad por meterse con una mujer, por así decirlo, recuerdo palabras del arzobispo de México, “son ofensas hacia la Iglesia”, para que nos hacemos de la vista gorda si eso y más sucede comúnmente en el mundo, en fin, pero si no podemos superar y comprender, una película; mucho menos una pena de muerte. Realmente, nuestra cultura y mentalidad está muy por debajo de los países con un sistema jurídico desarrollado, si seguimos a este paso, nunca llegaremos a ser un país primermundista, primero volarían los elefantes a que nosotros nos convirtiéramos en un país de estas características y a comprender este dilema.


Si me preguntaran mi opinión de este tema, les diría que estoy de acuerdo en esta controversia y su total aprobación. Pero si me pusiera en el puesto de un político mexicano, diría que la cadena perpetúa.


Y como recomendación, primero hay que tener las bases jurídicas correctas y un sistema judicial correcto y capaz de acusar a un delincuente de estas características ¿Se podrá procesar a un secuestrador, en un país que se encuentra en el lugar 72 de corrupción? O ¿Se podrá procesar a un delincuente, con más del 50% de los agentes del MP reprobados en derecho penal?



Tetlauhtilli-teotl
“el espinito que en la sabana florea”

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