A todos lados a donde voy soy inevitablemente fumador pasivo: en el campus de la UAA, sentado al aire libre un profesor se sentó próximo a mí, encendió su cigarro y al exhalar todo el humo se fue a mi rostro. Decidí titular este escrito como un poema que leí en revistaintereconomia.blogspot.com.
Los hogares, el gobierno; la sociedad en general se ha manifestado en contra de las drogas por distintas razones; por la inseguridad y por el aumento de la delincuencia que se genera por la lucha librada entre los grupos productores y proveedores de drogas y debido a que los adictos recuren al robo con el afán de obtener dinero para comprar más drogas; también, las personas bajo sus efectos llegan a tener comportamientos que rompen las reglas y leyes sociales, peleas, accidentes automovilísticos, etc.
Es obvio que el uso desmedido de estas sustancias causa efectos en contra de la sociedad, pero hay que considerar que sólo el uso desmedido es el que los causa. Cada individuo es responsable de lo que ingiere y en qué cantidad. Esto depende de la preparación de las personas para consumir; cuando digo preparación me refiero a la inteligencia y a la capacidad de toma de decisiones; la persona se ve en la posición, a sabiendas o ignorando los daños físicos y la dependencia que causan las drogas, de consumir o no consumir, considero que si se tienen conocimientos de sus efectos, se tendrá alguna especie de precaución o limites en el caso de consumir, que podrían reducir, retrasar o hasta evitar dichos daños. Aunque también juega un papel muy importante la actitud no racional del hombre, que accede a hacer algo que le causa daño aun estando consciente de ello.
Desde mi punto de vista, el mercado de las drogas existe porque existe el demandante, y con el fin de lucrar y debido a que es una actividad ilegal y a que hay pocos oferentes las ganancias son mayores. Existen muchos factores, que favorecen esta actividad; muy interesantes e importantes pero los cuales no analizaré para no desviarme ni alargarme demasiado.
Las drogas han existido en comunidades y culturas muy antiguas, en un principio eran para uso exclusivo de las elites de esas culturas, para ceremonias, usos medicinales, líderes religiosos, etc. Estas sustancias se prohíben en algún momento de la historia por los efectos que causan en las personas y en la sociedad, pero no se prohíben por completo, el alcohol y el tabaco son aceptados socialmente; podría alegarse que sus efectos no son los mismos que los de las drogas ilícitas. La realidad es que el alcoholismo representa un problema tan serio como la drogadicción, tiene graves efectos físicos y por el hecho de ser legal considero que el problema social es más grave; basta con ser mayor de edad para ser un consumidor sin infringir la ley, o pagar unos cuantos pesos más si se es menor. El alcohol como el tabaco se encuentran en cualquier parte y su consumo no es causa de prejuicios por el simple hecho de ser legales y hasta cierto punto no se consideran como drogas.
La Conadic registra altos porcentajes de muertes y violencia relacionados con el alcohol. Una publicación en el portal de la secretaría de salud asegura que cada día mueren 55 jóvenes por esta causa; mientras que en el mismo portal, José Ocaña Bernal escribe que “en México mueren 60 mil personas al año por enfermedades derivadas del tabaquismo”. En el 2006 los periódicos “La prensa” y “El Universal” publicaron que las muertes relacionadas con el tabaquismo eran de 6 por hora y de 165 por día, respectivamente. En pocas palabras, son demasiados los artículos y fuentes de información confiables que aseguran que el alcohol y el tabaco (el cual provoca mucho más daño al fumador pasivo) generan muchísimas más muertes que las vinculadas con las drogas ilegales.
Me parece irónico que se levanten campañas, se realicen proyectos y se hagan manifestaciones en contra de las drogas y después se haga un brindis por el trabajo realizado; declararse en contra de la drogadicción y ser un consumidor o vendedor de alcohol o tabaco es muestra de la inconsciencia y desinformación que existe en este país, culpa, en gran parte, del gobierno y sus spots televisivos falsos y mediocres, y de las intenciones de lucro de las personas. Tal vez no generen tanta delincuencia e inseguridad pero si muchas muertes y posiblemente más que las relacionadas con el narcotráfico.
Todo individuo es totalmente libre, sean legales o ilegales siempre habrá consumidores y oferentes, pero depende de la preparación de las personas y de la sociedad para saber consumirlas y creo que la legalización de las drogas o de cualquiera de ellas en México provocará un aumento en su consumo y agravará el problema. Tal vez se verían reducidos los niveles del crimen organizado relacionado con la producción y distribución, pero creo que la sociedad mexicana no esta lista para la legalización de las drogas y que muchas personas se detienen o limitan su consumo por el hecho de estar penado. Su legalización debe de ir acompañada de una mejor educación de la sociedad
No prohibimos las drogas porque sean malas, son malas porque las prohibimos.
Por lo anterior y por muchos problemas más me inclino más hacia su legalización.
Me manifiesto en contra del uso desmedido de las drogas, legales e ilegales y creo que este problema recae en primera instancia en la educación, en el desempleo u oportunidades de trabajo y en la distribución de la riqueza del país.
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